El dedo de Dios

martes, 25 de marzo de 2008

PARA QUE LOS NIÑOS COLABOREN ES MEJOR

En ocasiones podemos llegar a dar una orden sin que se haya acabado de realizar la anterior. Puede parecer normal que algunos niños acaben por no escuchar a los adultos. ¿Cómo nos sentiríamos como adultos si en el trabajo estuvieran dándonos continuas órdenes? Seguramente hacemos las cosas mejor cuando nos las piden que cuando nos mandan u ordenan hacerlas (sobre todo de manera continua). La mejor fórmula para pedir una cosa es la de “¿Quieres…?” o también la de “¿Querrías…?” . Una pregunta con ¿Quieres? es claramente una petición. Es importante evitar preguntas que puedan llevar a la confusión. Es el caso de las preguntas “¿Podrías…?” o “¿Puedes…?”. Cuando se emplea "¿Puedes?" se está preguntando al niño si es capaz de hacerlo. Si analizamos estas dos frases, veremos que no transmiten el mismo mensaje:

¿Podrías ponerte el pijama y acostarte?

Se está mandando al niño con una frase que contiene mensajes confusos (por ejemplo, no te estás portando bien, deberías acostarte ya, no debería pedírtelo, etc.)

¿Querrías ponerte el pijama y acostarte?
Se está pidiendo claramente al niño si quiere ponerse el pijama, y se le da la opción de no hacerlo. Con esta pregunta se está favoreciendo la cooperación.
Las preguntas que comienzan con la fórmula “¿Podrías…?” son claramente confusas. En realidad, se da por supuesto que el niño sabe ponerse el pijama, por lo tanto puede hacerlo. ¿Para qué, entonces, preguntar “¿Puedes…?” o “¿Podrías…?” ?
Nada mejor para suscitar la colaboración de los niños que las preguntas ‘¿Querrías…?’ o “¿Quieres…?”


Imprimir esta página

No hay comentarios:

Publicar un comentario