NI EXPLICACIONES….
A los niños pequeños no es necesario darles explicaciones cuando queremos que colaboren.
Cuando damos una explicación parece que intentamos justificar por qué el niño debe hacer algo.
A veces los niños se resisten no a lo que le pedimos, sino a las razones y explicaciones que les damos para que cooperen.
Pero, sencillamente, los niños deben hacer las cosas porque sus padres así lo creen.
Están en su derecho de resistirse, pero debe quedar claro que “papá y mamá mandan”.
Por ejemplo, si pensamos que un niño ya ha visto demasiada televisión, simplemente se le debe pedir: “¿Querrías apagar la televisión, por favor?”
Si acompañáramos a la petición cualquier otra explicación, como “Tienes los ojos rojos de estar tanto tiempo delante de la TV, ¿querrías apagarla?”, le estamos dando al niño la oportunidad de cuestionar y resistirse a esa explicación.
NI SERMONES…
Los “sermones”, o largas explicaciones sobre lo que un niño debería hacer, o sobre el buen y el mal comportamiento, no resultan efectivos para que cooperen.
E incluso pueden ser contraproducentes, ya que el niño simplemente desconectará y dejará de escuchar.
También es probable que pierda el interés por comunicarse con un padre o un madre que continuamente está aconsejando y “sermoneando”.
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martes, 25 de marzo de 2008
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